Por qué a las mujeres nos encanta comprar

Ya sabes que a mi me encantan los regalos y muy especialmente los regalos originales para mujeres, pero también me gusta hacerme preguntas interesantes sobre los comportamientos que tenemos en nuestra vidas y me llama mucho la atención la diferencia de dichos comportamientos en la mujer y en el hombre y como no, las compras son uno de ellos.

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Es uno de los tópicos más antiguos, pero es también probablemente uno de los más acertados: las mujeres aman ir de compras. Bien, no todas lo amamos, pero muchas de nosotras sí. Los hombres, por otro lado, normalmente no parecen tan excitados con esta actividad. Hay, por supuesto, algunos hombres que les encanta navegar por los bastidores tanto como a nosotras ( a veces incluso más), otros simplemente lo toleran y algunos ni siquiera soportan la idea de ir de compras.

¿Pero por qué las mujeres les encanta ir de compras y por qué la mayoría de los hombres se aburren tantísimo yendo de compras? Aquí voy a exponer varias teorías.

El hecho de que a las mujeres nos guste comprar más que a los hombres no es solamente un tópico sin sentido, en realidad hay algunos datos científicos que lo respaldan. En 2013, algunos investigadores llevaron a cabo una encuesta entre 2.000 personas en Inglaterra y descubrieron que los hombres se aburren con las comprar después de unos 26 minutos. Este sentimiento se agrava muchísimo si encima tienen hambre o si están comprando con una pareja femenina que no acaba de decidirse.

Las mujeres, en cambio, son normalmente felices comprando durante más o menos dos horas, luego empiezan a aburrirse y a sentir stress.  Tendemos a hartarnos cuando no encontramos lo que estamos buscando, cuando las tiendas están llenas de gente, o cuando nuestra pareja empieza a emitir gemidos porque está aburrido.

Para combatir esta disparidad de géneros, hoy en día algunos centros comerciales alemanes cuentan con espacios conocidos como Männergartens (una especie de centros para hombres) donde ellos pueden comer, tomar unas cervecita y dedicar la tarde a jugar mientras sus chicas compran sin parar. Y todo por aproximadamente 10 euros. :-)

Pero todavía no hemos respondido a la questión. ¿Por qué a las mujeres nos gusta tanto comprar? ¿Y por qué los hombres lo encuentran tan aburrido? Aquí tenéis varias teorías:

La respuesta a por qué nos gusta tanto comprar puede remontarse cientos y miles años atrás en la historia de la humanidad. Hasta aproximadamente el 8000 antes de Cristo, nosotros vivíamos de la caza y de la recolección y las mujeres éramos las que llevábamos a cabo la recolección. Los hombres salían a cazar animales salvajes, mientras las mujeres recolectábamos frutos salvajes, verduras, bayas, frutos secos y semillas.

Para mantener su parte del trato, los hombres observaban a sus presas e iban a darles caza rápidamente y salir corriendo con ellas tan pronto como pudieran para que les diese tiempo a llegar antes de que anocheciese. ¿Os recuerda esto a algo? :-) Es un poco como lo que hoy en día hacen los hombres cuando van a probarse ropa a los grandes almacenes: los chicos tienden a saber lo que quieren, lo dan alcance y lo compran rápidamente.

Las mujeres, por otra parte, removerían Roma con Santiago, inspeccionarían todas las bayas y frutos para estar seguras de que están eligiendo solamente las mejores para llevárselas a sus familias. Muy similar a la forma que tenemos de escudriñar la ropa en las tiendas antes de decidirnos por una que parece la adecuada pero que si buscamos más, encontraremos el producto con la mejor calidad y al mejor precio.

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Los investigadores han hallado que los hombres también tienen tendencia a comprar ellos solos, mientras que a las mujeres (siempre y cuando el tiempo lo permita) a menudo preferimos ir con otras mujeres.

Este patrón de conducta está en línea con la teoría de los cazadores-recolectores: aunque los cazadores algunas veces salían juntos cazar, normalmente esta actividad no era precisamente algo social, ya que tenían que estar muy quietos para evitar espantar a las presas. Las mujeres, por otra parte, probablemente recolectarían la comida junto a otras mujeres de su tribu, y tendrían charlas a la vez que realizaban la tarea. Tal y como hacemos hoy cuando vamos ojeando por los escaparates.

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Pero hay otra teoría sobre por qué a las mujeres les encanta comprar tanto, y está basada en la historia más reciente. Polly Young-Eiserdrath, un profesor de psiquiatría y psicología en la Universidad de Vermont, ha expuesto la teoría de que hoy en día el hábito de comprar es simplemente por la publicidad y el consumismo que fue creada por las empresas para alentar a las mujeres para sentirse responsables de ello.

Este fenómeno comenzó en los últimos años de la época Victoriana, mucho antes de que las mujeres tuvieran derecho al voto.

La llegada de las mujeres a las compras en grandes almacenes, le dio a un género marginado, una oportunidad de participar en una actividad económica significativa; un derecho que hasta entonces, estaba reservado a los hombres.

Las compradoras fueron alentadas a venir a los grandes almacenes por puro placer, conversación, y para que hiciesen uso de una variedad de vestidos y prendas ya confeccionadas. Pero no era solamente “comprar cosas”; ellas fueron animadas a “tomar sus propias decisiones”.

Los empleados de las tiendas brindaron una variedad de ofertas muy atractivas en un salones muy bien ambientados (donde se servía te y refrescos a las compradoras) para que las mujeres decidiesen sus compras. ¡Por primera vez, la mujer americana era preguntada directamente por lo que ella quería! Era alentada a ser el sujeto de su propio deseo (en lugar del objeto de deseo, de la musa). Y así es como mucho antes de que las mujeres de clase media y alta ganaran el derecho al voto, se les permitió practicar su libertad individual en grandes almacenes y pudieron comprar lo que ellas querían.

A medida de que el consumismo y el mercantilismo crecían y crecían, los anunciantes continuaron diciendo a las mujeres que comprar era una forma de liberación de actuar sobre los propios deseos y sobre el control de tu propio destino. Visto desde el presente, podemos pensar que es un poco deprimente, pero tenemos que admitir que había algo de “poderoso” cuando daban su tarjeta de crédito en la caja registradora. Se sentían fenomenal al ser capaces de comprar por si mismas lo que ellas querían y cuando lo querían (incluso cuando el poder que se siente pueda ser una ilusión).

En conclusión, tanto si te suscribes a la teoría de que las preferencias en cuanto a comprar que se basan totalmente en los géneros y en la evolución o si crees que son simplemente condicionadas socialmente, lo que sí es verdad es que hay una diferencia significante en las actitudes a la hora de comprar de hombres y mujeres. Aún así, si comprar nos ha enseñado algo, es que las etiquetas pueden ser engañosas. ;-)

¡Feliz recolección!!!!!!!

Fuente: www.bustle.com

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