Lo que celebramos en el Día de la Madre no es el hecho en sí de la maternidad biológica, claro, sino el rol de cariño, educación y acompañamiento que las madres entregan a lo largo de sus vidas. Homenajeamos el cariño continuo, desinteresado y cálido que dan desde el primer al último día de sus vidas, haciéndonos así ver la vida como un territorio donde el amor, la ternura, la inteligencia y la constancia tienen cabida.
Muchísimos grandes artistas de la historia han dedicado en uno u otro momento obras a sus propias madres, o bien intentando plasmar en pinturas ese momento de la relación de una madre y su hijo en el que se está transmitiendo ese milagro de cariño y complicidad que teje la relación para toda la vida.
Hemos seleccionado algunas de estas pinturas, inspirándonos en este magnífico librito de Editorial Blume, que en realidad es una maravilla.
¿Cuál es la más acertada para tí, cuál cuadra mejor con tu propia imagen interior de la madre?
Dinos cual, o bien envíanos tu propia sugerencia de otra obra.
¡Feliz Día de la Madre, con mucho Arte! Ah y con muchos regalos ;-)
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